Abrir a la realidad y eliminar el
aislamiento de la escuela a la corriente de vida que traen los estudiantes y
esforzarse por incluir la comunidad, en un proceso por llenar de significación
y comprensión pedagógica de la realidad, como escenario de múltiples
aprendizajes, conocimientos, acciones y compromisos, pasa por un aprendizaje
por descubrimiento que articula la realidad con el saber acumulado.
El aprendizaje por investigación[1] es un
proceso educativo de investigación participativa, resolución de problemas y
actividades a través de los cuales se construye el conocimiento integrado, no
fragmentado y partiendo de la realidad. La integración posibilita desarrollar
habilidades funcionales en la vida cotidiana. Permite interrogantes,
preguntarse, analizar y buscar respuestas a los interrogantes o a los conflictos
existenciales no analizados en los libros, que son sin embargo percibidos en la
realidad como problema que necesita ser tomado en cuenta, buscarle
explicaciones y soluciones posibles. De esta manera las “experiencias” son
escenario del saber didáctico porque facilita el control el proceso por parte
de los estudiantes, despejando sus dudas o satisfaciendo sus búsquedas. En este
proceso va descubriendo su propia manera de aprender, sabe dar cuenta de lo que
busca, por qué lo busca; de lo que aprende, y cómo lo aprende y para qué lo
aprende.
Es así como el aprendizaje por
investigación se convierte en un espacio de aprendizaje de la responsabilidad,
en cuanto aprende a responderse sus interrogantes, a no contentarse con
explicaciones de los otros, que le ahorrarían la posibilidad de pensar por sí
mismo/a. Es además percibido en la realidad; crea una dinámica reflexiva de
análisis, interpretación y elaboración de explicaciones que confronta con el
saber acumulado y busca nuevas lecturas e interpretaciones de ese saber y de la
realidad misma.
Esta manera de aprender va capacitando
en la metodología de la investigación y en el dominio del método científico,
como capacidad para comprender la realidad, interpretarla y poder y saber
actuar sobre ella, lo cual supone haber adquirido criterios para evaluar
diversas interpretaciones de la realidad.
Cuando el proceso de enseñanza ha
cubierto estos aprendizajes se puede afirmar que nos estaríamos acercando al
sentido de la educación porque el estudiante se estaría acercando a la
comprensión de la complejidad de la realidad y desarrollando habilidades
suficientes para tomar posición ante los problemas que plantea la relación
persona-realidad.
En esta perspectiva el aprendizaje por
investigación además de ser un proceso de investigación, elaboración de un
proyecto de trabajo, es un aprendizaje significativo (Ausubel, 1963) porque
adquiere sentido para la vida cotidiana del estudiante. Realidad y estudio son
así aspectos de la dinámica de aprender, de ahí que resulte fácil aplicar lo
que aprende porque no está desconectado de la vida, sino que llena de
significado la vida: la realidad se descubre como un desafío de conocimiento y
reflexión.
El aprendizaje que parte de la
realidad le permite establecer nuevas conexiones con los esquemas de
conocimientos anteriores y construir nuevos esquemas y nuevas significaciones
sobre la realidad en su totalidad o en algunas de sus partes (César Coll,
1989). Es significativo además, porque parte de los intereses y necesidades
sentidas de los/as estudiantes experimentadas en su comunidad familiar o en su
comunidad local, que entran en conexión con el conocimiento elaborado.
[1] Adaptación del texto de Henríquez, Argentina. Aprendizaje por descubrimiento o
proyecto de investigación: posibilidades y límites. En revista digital
Maestros: prácticas y cambios. Centro Poveda. República Dominicana. Abril 1993.
No.2.
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